La primera abogada trans de la ciudad, Mariana Miceli, celebró el decreto presidencial que obliga a tener, al menos, un 1% de personal travesti y trans en el Estado nacional.
A poco más de una semana desde que el presidente Alberto Fernández firmó un decreto mediante el cual estableció un cupo laboral travesti y trans en el Estado nacional, Mariana Miceli, la primera abogada trans de la ciudad, celebró la medida y apuntó a la importancia de la puesta en marcha de la medida.
“El cupo vino a darnos a las personas travestis y trans una posibilidad que antes no teníamos: la posibilidad de insertarnos en el mercado laboral. Es fundamental esta herramienta porque el mundo del trabajo todavía es reticente a contratar a personas del colectivo, y sobre todo a las feminidades trans”, señaló la profesional.
El establecimiento del cupo mínimo, una medida histórica que también llevó la firma de la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, y el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, implica la obligatoriedad de que el ámbito público cuente con, al menos, un 1% de representación de uno de los colectivos más castigados y marginados de la sociedad.
Las cifras respaldan la reticencia a la que hace referencia Mariana: la última encuesta del INDEC sobre la población travesti trans arrojó que el 20% declaró no realizar ninguna actividad por la que obtenga dinero y el 80% restante dijo que se prostituía o tenía trabajos informales.
“En este sentido, es significativo el decreto, la implementación y la puesta en práctica del cupo. Es importante tener en cuenta que nosotras tenemos un amor intrínseco al momento de graduarnos por el tiempo que nos lleva esta transición. Generalmente eso ocasiona que nos recibamos mucho después que el promedio. En mi caso particular, esto repercutió que tuve que pagar una matrícula como si fuera una persona que hace muchos años está en el ejercicio profesional, cuando no es así”, concluyó.
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